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Hola Mario, muchas gracias por la información aportada, es muy interesante, te escribo para contarte experiencias personales.

Lo cierto, es que mi experiencia con la Acupirámide está lejos de poderse «medir» científicamente, solo tengo mi opinión al respecto de lo que he sentido cuando estoy dentro, y es curioso porque, la sensación de bienestar, relajación profunda, movimientos espontáneos e involuntarios de mi cuerpo, hormigueo en palmas y plantas de pies, y la sensación de «calor» en la coronilla, como si tuviera un gorro puesto, también son sentidas por otras personas que he podido leer en tu página, incluso he comentado esto con Nunc.

La primera vez que la armé en casa, estaba con mi pareja, por lo que puedo asegurarte que no es una impresión personal, pues también sintió lo mismo. Lo cierto, es que luego de armarla y dejarla en el suelo, empezó a sentirse un olor muy penetrante y fuerte, bastante desagradable, y que me hacía recordar al olor de unas macetas que había recogido en el cementerio de mi pueblo y que luego de ver que no me servían para lo que yo las quería las había tirado, tenían un olor muy particular por lo que de inmediato pude identificarlo como el mismo que estaba sintiendo en el momento de armar la Acupirámide, a pesar de que hacía varios días las había tirado… Resultó bastante extraño, nos miramos sorprendidos y al cabo de unos minutos cambió el aire de una forma radical, se respiraba mucho mejor y tenía la sensación de que «algo» se había ido, o de que el aire era más «ligero».

Luego comencé a utilizarla según tus especificaciones, y lo primero que me llamó la atención fueron los síntomas físicos antes descritos y que he visto otra gente también puede sentirlos. Desde hace un par de meses se la he dejado a una amiga para que la probara en su casa (yo me iba a Argentina y se la dejé mientras estuviera allí), ya  la echo bastante de menos y las veces que intento meditar «a pulmón» por decirlo de alguna manera, no logro la profundidad y la intensidad que lograba con la Acupirámide.

No te lo he comentado antes, pero la pirámide en general ha sido muy importante en mi vida. Ahora lo és la Acupirámide.

Otra cosa que te quería comentar viene a colación de lo que te explicaba antes, lo que sucedió en casa cuando armé por primera vez la Acupirámide, y es que percibo que desde que no está en casa, hay una «onda» rara, una especie de tirón gravitatorio que me impide estar bien, es como si la casa me «chupara» energía, antes de llegar, siento ganas de hacer cosas, es una casa muy vieja y ruinosa, cuando estoy fuera, tengo ganas de llegar y ponerme a limpiar a saco, o hacerle cosas, o ponerme a estudiar o hacer un pequeño jardín, pero es llegar y todo eso desaparece, solo tengo ganas de estar echado, mirando la tele, o no  hacer nada, y no puedo ni siquiera concentrarme para leer un libro. No sé, puede que todo sea parte de mi imaginación pero no pierdo nada con explicártelo, parece que has trabajado mucho con la energía y quizá tu consejo me pueda servir, me gustaría que me dijeras que te parece.

En fin, solo comentarte estas cosas, y darte la «enhorabuena» .

Pues nada, también te comento que he dado a algunos pacientes del hospital donde trabajo, la dirección de tu pagina web por si surge visitarla, espero lo hayan hecho ya que los beneficios que pueden experimentar estoy seguro son muchos y muy buenos.

Se agradece poner a disposición de quien quiera, herramientas válidas para el tratamiento de problemas tan comunes como difíciles de solucionar con métodos inocuos, como son el dolor crónico, fibromialgia, y otras enfermedades que también comentas en tu página, en las que la medicina tradicional solo puede ofrecer pastillas, tratamientos no exentos de efectos colaterales (te aconsejo leas una entrevista al Dr Joan Ramón Laporte, jefe de farmacología del hospital Vall d´Hebron de Barcelona, en el que habla de todo esto en una entrevista que le hace La Vanguardia). También es cierto que en esta sociedad tan «informatizada» y con tantos intereses creados es difícil que la gente se dé la oportunidad de probar terapias alternativas, a menudo tan menospreciadas, a través de campañas de desinformación o desprestigio, dirigidas por las mismas mafias que pretenden mantener un férreo control-monopolio sobre la salud, soy consciente de que tienen la sartén por el mango y cualquiera que los desafíe ha de tener muy claro dónde quiere llegar, por lo que te animo a seguir adelante y te felicito por tu perseverancia y valentía.

Hasta pronto y un abrazo, Dr. A. V.

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