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LO QUE NOS CUENTA N. A. SOBRE EL ICTUS DE SU PADRE Y LA ACUPIRÁMIDE (Acupuntora y Terapeuta).

Empieza por decirnos que el diagnóstico de su padre era un hematoma subdural (Es una acumulación o coágulo de sangre en la superficie del cerebro) que le afectaba a la parte izquierda. Apenas se podía mover y lo que hacía, era con dificultad, tardaba unas dos horas en afeitarse, no podía salir solo a la calle, apenas podía comer. El tratamiento que le pusieron a su padre después de unas semanas, fue de corticoides, y estaba a la espera de una intervención quirúrgica, que consistía en una trepanación para absorber el coagulo, aunque su coagulo no era muy profundo, siempre existe un riesgo en toda intervención, y tratándose de la cabeza, asusta un poco más. Buscó soluciones que pudieran ayudarle el resto de la semana y la vida le ofreció la Acupirámide Bioenergética, su padre seguía un tratamiento con corticoides, al mes y medio, más o menos de presentarse el problema, empezó a tratarse con la Acupirámide y aproximadamente a los dos meses, apenas tenía secuelas (Enseguida empezó a mejorar). Mientras, esperaba la intervención quirúrgica para solucionar su problema, en una de las pruebas vieron que el hematoma se estaba resolviendo, y decidieron que no era necesaria la intervención. Su padre, empezó utilizando la Acupirámide 10 minutos al día, para aumentarlo 10 minutos más por la noche y después de un mes, lo hacia 15 minutos por el día y otros 15 por la noche. Ahora, tiene muchas ganas de vivir y él dice que está así, gracias a la Acupirámide, aunque la familia supone que los corticoides también hicieron su efecto, pero que ellos piensan que la Acupirámide hizo su trabajo. Y que la opinión de quien lo sufre y experimenta, les parece importante. Que según su experiencia, sinceramente piensan que a su padre, SI, le ayudó la Acupirámide. También es importante que la persona que vaya a utilizarla confíe y lo haga de buen grado, pues la aptitud también es importante. Aunque al principio le costó a ella convencer a su familia para que su padre la probara, pero una vez terminada la primera sesión, como notó algo de mejoría, cogió confianza y eso ayuda. Su padre hoy está perfecto, procura leer y mantenerse activo para demostrarse que sus facultades están bien, tiene buena memoria y muchas ganas de vivir. Los médicos aquí no se cuestionan muchas cosas, no le dieron importancia, pero si hubo uno que dijo que no era nada frecuente que eso se resolviera así, de mil casos, podía resolverse uno. Nos argumenta también que en su consulta utiliza a diario el Acupresor y dice que es una maravilla para resolver problemas musculares, dolores de cabeza, miomas, cálculos renales y otros. Dos anécdotas: Nos narra que al poco de empezar con la Acupirámide, salía su padre a pasear solo y que un día llegó a casa jadeando y le preguntaron ¿Qué pasa? Contestó, nada, que me he puesto a correr para ver qué tal y vengo corriendo. En otra ocasión salió a la calle con una hija y esta le tuvo que decir, papá, no corras tanto que no te puedo seguir.

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